Cuando el entorno es adverso y las reglas no importan, vemos que la gente es capaz de encontrar soluciones muy creativas para sus problemas. Muchas veces, estas soluciones “temporales” se vuelven en costumbres propias de una región. En Perú les decimos criolladas.
Según el oficial Diccionario de americanismos (2010), criollada tiene los sentidos positivos de “conjunto de criollos” y “costumbre o tradición propia de ciudad”, además de los negativos de “engaño o estafa” e “incumplimiento de la ley en beneficio propio”. Cada país tiene la suya. En Colombia lo llamamos “colombianada”. Y en India le dicen jugaad.
Los empresarios han estudiado las criolladas por varias razones:
- Están cubriendo una necesidad no atendida en ese mercado. Por su naturaleza de bajo costo (podríamos decir que en ocasiones es nulo) es muy difícil ofrecer un producto a un precio competitivo.
- Su ingenio puede ayudarnos a diseñar productos más adecuados para otros mercados. Detrás de esa solución existe un proceso de diseño sumamente poderoso para desarrollar innovaciones.
Debido a que entramos en una de las crisis económicas más devastadoras desde hace casi 100 años, es importante entender y aplicar algunos de estos principios en los negocios. En estos momentos, donde la necesidad de innovar resuena mucho más que antes, podemos encontrar inspiración en el hecho de que la innovación no es resultado de serendipias o costosas inversiones a largo plazo sino producto de un proceso y condiciones particulares.
Cuando un negocio encuentra la forma de convertir estas criolladas en productos decimos que se ha realizado una innovación frugal.
¿Qué es innovación frugal?
La innovación frugal es el proceso de reducir la complejidad y el costo de un bien y su proceso de producción (Fontanella-Khan, 2011). La palabra “frugal” se deriva de la palabra india “jugaad”, la cual describe la actitud de buscar soluciones rápidas, creativas, baratas y locales.
Las empresas suelen tomar esta vía con el propósito de incluir mercados que han ignorado debido a las dificultades que tienen para acceder a sus productos. Por ejemplo, un caso conocido es el del Nokia 1100, un teléfono dirigido a mercados emergentes cuyo precio inicial era equivalente a 40 dólares en la India.
Por otra parte, también es una estrategia de innovación que puede ayudar a incrementar el margen de los productos.
El objetivo de la innovación frugal observada en países emergentes es simple: hacer arreglos improvisados en un entorno con restricciones de recursos y con cierta urgencia. Criolladas. Todo lo contrario a lo que observamos en países desarrollados o en empresas que destinan recursos para desarrollar productos cuyo costo de innovación es trasladado directamente al consumidor incrementando los precios.
Normalmente los empresarios pequeños suelen pensar que la inversión en innovación es alta, no sólo en costo, sino en tiempo y esfuerzo, y el resultado es incierto. Frente a esto, la innovación frugal nos ofrece una manera de salir adelante sin obstáculos.
¿Cómo podemos aplicarlo en un negocio?
Cuando analizamos las criolladas que están a nuestro alrededor podemos observar algunos patrones:
- Buscan sólo solucionar el problema sin importar otros problemas que puedan originarse como consecuencia de la solución.
- Se basan en hacer más con menos.
- Son rápidas e improvisadas. La solución no busca ser la mejor posible, sino una que pueda aplicarse en el momento sin importar la recurrencia o durabilidad.
- Son simples e intuitivas. No necesitan explicación y fueron diseñadas evidentemente sin mucha reflexión.
A pesar de lo sencillo que parece, aplicarlo en una empresa puede ser complicado. Por ello, la forma más común de hacerlo es mediante la apropiación tecnológica de innovaciones frugales existentes en la base de la pirámide para venderlas en mercados desarrollados como “productos de bajo costo”.
Puede que no contemos con recursos suficientes para hacerlo de otra manera. O tal vez reconocemos que en este momento es una oportunidad para redefinir nuestro modelo de negocio y ser más resilientes. Sea cual sea el caso, podemos aplicarlo en nuestro negocio teniendo en cuenta algunas directivas simples:
1. Entender al cliente
Este principio básico de la innovación es aún más relevante que antes. Si estás pensando en alternativas para reducir costos, no te olvides de considerar cómo esto afecta la compra y el uso del bien o servicio a tu cliente. El momento de crear demanda inexistente ha quedado en pausa.
2. Convertir la adversidad en una oportunidad
¿Tus clientes están en cuarentena? ¿Comprar tu producto representa un riesgo para la salud de tus trabajadores y los clientes? ¿Los proveedores tienen problemas para cumplir con las entregas? Cada obstáculo en el camino es una oportunidad para rediseñar un aspecto del negocio. Los problemas nos afectan a todos y el cliente está más receptivo a sacrificar algunos detalles que elevaban su experiencia de compra.
3. Hacer más con menos
En vez de pensar en qué añadir a los productos para satisfacer más necesidades, debemos pensar en qué podemos lograr con lo que ya tenemos. Para ello es crucial tener una mente creativa y reprimir los “peros”.
4. Resolver necesidades básicas
Si la empresa ya tiene un sistema de innovación en marcha, redirige la búsqueda a soluciones que apunten a resolver sólo el problema principal de tus clientes. Es un momento donde ser baratos es un diferencial de producto que puede determinar la subsistencia de toda la empresa.
5. Pensar y actuar con flexibilidad
Si estás leyendo esto y estás planificando los pasos para desarrollar la siguiente innovación frugal en tu negocio, tal vez necesitas terminar de leer. Este tipo de innovación parte de la improvisación y eso significa estar en constante adaptación a las circunstancias. Sé espontáneo.
6. Ser rápido
Hoy en día, cuenta más la disponibilidad de los servicios que su calidad. Para un negocio pequeño, esto significa salir al mercado cuanto antes e ir aprendiendo en el camino. Para negocios de mayor calibre, donde una mejora en el producto significa la coordinación de varios sistemas, es importante adoptar una mentalidad ágil por lo menos.
7. Innovar abiertamente
La innovación abierta es una estrategia que consiste en cooperar con actores del entorno (proveedores, clientes, gobierno, etc.) para diseñar productos. Es contrario al secretismo de los grupos de investigación. En un contexto donde todos tenemos un enemigo común, las personas se prestan más a la colaboración.
8. Seguir los instintos
Todos somos potenciales consumidores del producto que ofrecemos. Por eso, realmente todo lo que necesitamos saber se puede encontrar con el instinto. Lo complicado es renunciar a la mentalidad de orden y estandarización que usualmente el mercado nos exige.
Referencias
- Fontanella-Khan, James (Mayo 19, 2011). «Supply chain: ‘Frugal engineering’ heads push into manufacturing». Financial Times.