Tiempos difíciles, cambios y un camino que no encontramos

Juan Camilo Hincapié es un ejecutivo en mercadeo y desarrollo de negocio, con amplia experiencia en compañías nacionales en sectores: Retail, Intangibles, Bienes Durables, Publicidad y medios. Actualmente se desempeña como Productor senior de innovación para Casa Editorial El Tiempo.


-Hemos vivido algunos días interesantes, para la mayoría, que seguramente han dejado grandes aprendizajes y muchas inquietudes sobre el futuro. Quiero centrar este texto justamente en esto y tratar de llevar una idea positiva de posibilidades y nuevas expectativas. Quiero abordar esta conversación desde la óptica del desarrollo empresarial y hacer un mini recorrido por lo que considero esencial en estos momentos y el punto de partida es la retrospectiva.

Desde una perspectiva empresarial considero que ciertamente los mercados están cambiando y han aparecido algunas nuevas oportunidades, que en muchos casos parece estar impulsadas por desespero y frustración. Sin embargo, es muy importante entender qué oportunidades deben ser analizadas colocadas en contexto, y para ello hay que hacer todo lo posible para impedir a toda costa que la necesidad nuble la visión.

Pensar en prospectiva

La mayoría de empresarios ha encontrado manzanas bajas y está perfecto, eso es supervivencia. Pero la mirada de futuro, como lo dije al comienzo, debe centrarse en una retrospectiva, eliminando el pesimismo y aunque sea difícil debe procurarse.

Para muchos será extraño revisar procesos tecnológicos en industrias que parecen no tener un gran desarrollo, pero en este caso me refiero a la gestión desde el punto de vista del conocimiento y los procesos. Es así que la retrospectiva debe entregarnos un recuento de todo aquello que hemos realizado alrededor de nuestro negocio, los aciertos, los desaciertos y verificar la documentación de ese conocimiento.

Al mismo tiempo, revisar qué ha funcionado en términos de mercadeo, desarrollo comercial, pitch, comunicación y, muy importante, la estrategia; aquí debe estar cimentado el futuro, ¿entiendo mi estrategia?, ¿mi estrategia es viable?

La clave del futuro.

El desarrollo de cualquier idea y su transformación a un modelo de negocio nuevo, disruptivo o incremental, dentro de lo conocido y habitual, debe partir de unas preguntas clave que seguramente hace mucho tiempo se formularon y que obedecen al conocimiento que cada uno ha desarrollado. ¿Qué es eso que sé hacer mejor que otros? ¿Qué es lo que debo aprender? Y, ¿qué necesito tener para lograrlo? Estamos hablando de tecnologías duras y blandas que puedan marcar la diferencia y potenciar nuestra oferta de valor. Esa es la clave del futuro.

En este nuevo punto de partida, la invitación es a conocernos mejor, a revisar lo que avanzamos y a conocer nuestras mayores debilidades. Después de lograr esto, busquemos las fortalezas que deseamos tener en otras empresas o personas y procuremos llegar al trabajo colaborativo a encontrar la manera de compartir el riesgo y minimizarlo y, desde allí, fortalecer la oferta de valor. Siempre teniendo en cuenta lo que sé y entendiendo de esto, y buscar lo que debo aprender. El nuevo entorno nos presenta nuevas arenas donde dar la batalla.

Un ejercicio consciente puede hacer la diferencia. Debemos obligarnos a encontrar nuevas maneras de llegar a los segmentos elegidos y aumentar la oferta de valor sabiendo que lo podemos hacer. Encontremos las herramientas en nosotros o con la ayuda de otros. Multipliquemos los esfuerzos y las manos. La operación es simple: se trata de sumar y tomar los elementos conocidos, la historia vivida, documentarla, analizarla y, después de entenderla, buscar cómo reescribirla.